La Casa de la Esperanza, es un lugar de paso que acoge, brinda amor, cuidado, alimentación y hospedaje, a personas que vienen fuera de Bogotá a algún tratamiento médico en los Hospitales de la zona Centro y no tienen dónde hospedarse, no cuentan con los recursos necesarios para mantener su estadía y, por tanto, se hace necesario el servicio. Esta casa también brinda la posibilidad de albergue a las familiares acompañantes de dichos pacientes.
La Obra Social de la Arquidiócesis de Bogotá, emerge desde el Servicio para el Desarrollo Humano Integral de la Vicaria de Evangelización y la Coordinación del Cuidado de la Dignidad Humana, estableciendo una alianza con las Hermanas Pequeñas Apóstoles de la Redención, quienes actualmente asumen la coordinación de la Casa.
En diálogo con los directores y contactos cercanos de los Hospitales centrales como el Instituto Nacional de Cancerología, el Instituto Materno Infantil, El Hospital Universitario la Samaritana, Hospital Santa Clara, entre otros, se hace evidente la movilización de personas fuera de la ciudad para acudir a los servicios médicos de los Hospitales Centrales, la mayoría de escasos recursos y con gran dificultad para poder estar en la ciudad mientras se llevan a cabo sus procesos médicos, por tanto, se vuelve latente y urgente la necesidad de poder ofrecer un lugar de acogida que se convirtiera en hogar mientras su paso en la Ciudad.
El servicio se ofrece particularmente a mujeres de escasos recursos, quienes solicitan el servicio o son remitidas al área de Trabajo Social de los hospitales, allí se estudia el caso y si se encuentra la necesidad se realiza la respectiva remisión para la Casa. El hospedaje se ofrece según la necesidad de cada persona, no hay tiempo límite de estadía, se ofrece alimentación, servicio de lavandería, aseo personal y por supuesto el paso de la noche.
La Casa se encuentra completamente dotada, con los recursos necesarios que permiten un hospedaje digno y con todas las condiciones que las personas necesitan para poder albergarse mientras están en sus procesos médicos, además de ello, las Hermanas brindan apoyo emocional, espacios de escucha, oración y acompañamiento; quienes deseen pueden también contar con este servicio, respetando la diversidad de credos.
