En medio del dolor y de la incertidumbre de la enfermedad, Dios nos ha llamado a ser compañeros que cuidan, protegen y brindan un mensaje de esperanza a quien sufre; desde la vida familiar y comunitaria se entretejen lazos de amistad, fraternidad, solidaridad, hermandad, que deben reflejarse en todo momento, pero en especial, cuando el sufrimiento se hace presente en medio de nosotros. La enfermedad debe ser testimonio de esperanza, perseverancia, lucha y fe; que no se nos olvide que Dios está con nosotros en todo momento, y que, como nos indicó el Santo Padre para este año, «La esperanza no defrauda» (Rm 5,5) y nos hace fuertes en la tribulación. Este es el mensaje que queremos compartir desde la Diaconía para el Desarrollo Humano Integral en el marco de esta Jornada Mundial del enfermo 2025.
![post](/sites/default/files/styles/680xauto/public/2025-02/jornada_enfermos_mesa_de_trabajo_1_1.jpg?itok=AKxYVFd6)