La privación de la libertad es una realidad humana que nos hace un llamado al acompañamiento permanente hoy en día y nos desafía como Iglesia y como sociedad. La realidad de la persona al interior de los centros penitenciarios esta permeada por una serie de necesidades que afecta de manera significativa su dignidad humana; el aislamiento lejos de sus familias, la soledad, la pérdida de sentido de vida, son algunas situaciones que pasan los privados de la libertad y a las cuales se busca una respuesta integral a partir de diferentes frentes, uno de ellos la Iglesia Católica. Desde el servicio de Capellanía sacerdotal y con el apoyo de laicos voluntarios y diáconos permanentes se está en constante acción misionera al interior de estos centros.
La cárcel el Buen Pastoral, la Distrital, la Modelo y la Picota, junto con la URI de Puente Aranda y el Centro de Reclusión Especial y las estaciones de Policía de la Candelaria y Santa fe, son los lugares que actualmente están siendo acompañados por la Arquidiócesis de Bogotá; allí desde la escucha, la oración, el reconocimiento del otro, la confesión, la celebración de la Eucaristía, se hace presencia y acompañamiento a las personas privadas de la libertad. Se trata de NO ser indiferentes al dolor que agobia al otro y reconocer a ese otro como un ser humano.
Desde el Servicio para el Desarrollo Humano Integral en cabeza de Monseñor Ricardo Alonso Pulido y la Coordinación de Pastoral Penitenciaria a cargo del Padre Edgar Galeano, junto con los demás capellanes, diáconos y laicos, se han venido pensando y ejecutando una serie de acciones en favor de esta pastoral, orientada a la presencia dentro de las cárceles, pero también la presencia fuera de ellas con las familias, dichas acciones se han venido manifestando como semillas de esperanza, que brotan tras las rejas pero se convierten en germen de una humanidad menos indiferentes y más cercana y solidaria con esta realidad.
Una de estas acciones que además se viene realizando año tras año, es la Campaña de los Kits de aseo. Para este 2023 bajo el lema “Una Mano Amiga” en dónde a través de la adquisición de un bono en cada parroquia o vicaria territorial se contribuye a esta iniciativa con el aporte de $20.000 se espera sumar una gran colecta que nos permitirá adquirir un kit de aseo para cada privado de la libertad de los centros penitenciarios anteriormente mencionados.